Actividad del sábado 26 y 27 de octubre de 2009: Día del Patrimonio en la Ciudad Vieja de Montevideo

Una mañana de sábado que comenzó calurosa y cargada de expectativas con respecto a la carpa. Un día para el cual nos veníamos preparando desde varios días atrás y que se hacía cada vez más intenso a medida que se acercaba la fecha. Los nervios, el estrés, el cansancio y el dejar muchas cosas personales de lado pesaron mucho hasta el mismo día en que terminamos de armar la carpa. El 26 y 27 para todos nosotros fue como un antes y un después. Fue el de terminar con las pruebas, las experiencias y el bajar a tierra todas esas ideas programadas para ponerlas en práctica. Fue el comienzo de la profundización de un trabajo que está orientado a democratizar la fotografía para llevarla a los sectores más populares y escuelas públicas de todo el país.
Las metas que nos habíamos trazado para esta fecha se cumplieron, quizá no de la mejor forma, pero se cumplieron; el ploteado con la descripción del colectivo, los volantes informando sobre el proyecto y su alcance y, la venta de fotos realizadas con estenopeica fueron los logros más destacados y celebrados por el colectivo en este día. Fue también el primer día en que comenzamos con la venta de fotos a partir de tomas hechas con latas. Había que ver a Fernanda con un brazo extendido y otro hacia arriba deteniendo el tránsito de gente que circulaba por la peatonal para que Rodrigo lograra tomarle una foto a una familia que posaba frente a una lata de galletas durante un minuto y frente a la carpa. Era como si se hubiera formado un escenario improvisado en el medio de la peatonal y estuviera actuando Marcel Marceau. La gente se detenía y no lo podía creer ¿Intervención urbana? ¿Circo? No lo sabemos. Pero lo que es cierto, es que todo eso sirvió para que más y más gente comenzara a preguntar y a interesarse por la propuesta. Por otro lado, y por la tarde, estuvo la propuesta con los talleres en el museo. Una propuesta que se repite sábado a sábado y que lenta, muy lentamente va sumando participantes interesados en trabajar la fotografía desde la construcción, dejando de lado por un momento los tecnicismos y las complejidades de la tecnología moderna.
El domingo ya fue diferente. El frío, el viento y la poca disposición de la gente a detenerse para observar y preguntar hizo que la jornada fuera casi un fracaso. Casi, porque si no fuera por Teresa, una doña que pasaba por allí con su bicicleta cargada de bolsas chismosas rellenas de bolsas y un pan que iba sujeto por la parrilla trasera con la intención de que se ablandara para hacer un budín de pan, esta jornada hubiese sido un verdadero fracaso. Con ella, y después de mostrarnos su fuerte interés por conocer de esta técnica, es que nos comprometimos a que si ella conseguía por lo menos más de seis personas, le daríamos un taller en su casa. Al partir, hubo un abrazo fraterno acompañado de las miradas más frescas y cálidas que pudo haberse vivido en toda una primavera. Es ahí es cuando decís,…pucha!!! vaya que si será cierto que lo más hermoso está en lo simple de las cosas. Queda mucho por hacer, muchísimo, pero cada paso que no das, es como dar un paso hacia atrás.


Texto: Rodrigo Camacho.


Tomando una fotografía con una lata de galletitas

Foto: Carla Zurdo
Un grupo de personas posando frente a la cámara estenopeica (mezcla de visitantes y trabajadores en la Ciudad Vieja)

Foto: Carla Zurdo









Armando nuestra primer feria


Foto: Rodrigo Camacho